Alicia sueña con ser actriz. Hace las maletas y se traslada a París.
En la ciudad del Sena conoce a Lisa y a Aurore.
Y lo que empieza como un sueño se convierte en una auténtica pesadilla.

Haciendo gala de un estilo lleno de frescura y brillantez, Agathe Cortés parte de una situación real de acoso en el mundo del teatro para recrear el descenso de Alicia a los infiernos. 

Gacelas que comen leones es una lección magistral de empoderamiento femenino y de resiliencia. 

Una historia de amistad, de celos, de superación, de trastornos de conducta alimentaria, de convencionalismos y de etiquetas. Una novela emotiva sobre el poder de la amistad entre mujeres y el amor en el sentido amplio de la palabra.



¡Muy buenas a todos! Hoy os traigo la primera reseña de Gacelas que comen Leones de Agathe Cortés publicado con Suma, a quien quiero darle las gracias por el envío del ejemplar, una de las novedades de este año que más me habían llamado la atención de la editorial y un libro que he cogido con muchas ganas. Dicho esto ¡comencemos!


Este libro se encuentra catalogado, por la propia editorial, como ficción contemporánea femenina. En esta historia se nos mostrarán muchas situaciones que, por desgracia, suceden a menudo: acoso sexual, problemas de trastornos alimenticios, baja autoestima por las opiniones no constructivas, los convencionalismos dentro de ciertos sectores, etc. 

En esta historia, a través de los ojos de Alicia y, en algunas ocasiones, de Lisa, iremos conociendo como funciona el mundo del teatro, el mundo del espectáculo, todo lo que no se suele contar, lo que está escondido bajo un foco de glamour y arte, eso que la gente piensa que no ocurre en la realidad. Todo lo que se narra, el ver como sucede todo de la forma más "normal" posible, es decir, ver como el mundo normalizaba lo que estaba pasando es chocante y es por esto que quitaría hasta la palabra "ficción" para definir este libro porque sé que esto ha pasado, está pasando y va a pasar, por triste que parezca.

Lo que hace de este libro algo único y, a la vez, muy duro es que la propia autora, al principio del libro deja una nota diciendo que nos va a narrar muchas de las situaciones que ella misma vivió, pero que en ningún momento dirá qué situaciones son ficción y qué situaciones fueron reales. Esto me dejó con un nudo en la garganta durante toda la trama porque, ya de por si, llegas a empatizar con todo lo que estás leyendo porque sabes que le ha ocurrido a muchas personas, pero saber que la propia autora quizá está contando algunas de sus vivencias me daba tanta pena y rabia que tenía que ir parando cada ciertas páginas. 

A pesar de la trama, creo que esta idea de no decir qué es verdad y qué no, es una muy buena idea para atrapar al lector a lo largo de la lectura, aunque sea muy duro de procesar. 


En lo que respecta a la pluma de la autora me ha sorprendido porque no suelo engancharme a las historias de ficción contemporánea de forma rápida y esta lo ha conseguido. La pluma de la autora es ágil, ligera y sencilla, narra de una forma que te atrapa por su realismo y sencillez a la hora de describir o narrar las situaciones. Todo esto otorga a la historia de un realismo y cercanía que se agradece por la trama y que, a su vez, conlleva que puedas leerte esta historia en tan solo unas horas. 

Lo único que no me ha gustado del libro, claramente desde un punto de vista subjetivo, es que, en ciertas partes, sentía que había fragmentos que hubiera quitado porque no aportaban mucho. Con esto quiero decir que hubiera preferido un libro de 270-300 páginas con todo concentrado y más impactante que tener estas páginas y sentir que, en muchas situaciones, desconectaba. Es por esto que no he podido darle más nota al libro, pero como siempre digo: lo que a una le disgusta a otra le gusta. 


La trama, como ya he mencionado anteriormente, es dura, triste y muy fuerte. Con esto no quiero decir que no se pueda leer por lo gráfica que es o por como lo narra porque para nada, sino, más bien, por todo lo que conlleva, por todo lo que te hace reflexionar y por la dura realidad que muestra. Lo que me llevo de este libro, aunque me llevo muchas cosas, es la importancia de querernos a nosotros mismos, la importancia de no vender nuestra alma a nadie, la importancia de ser quienes somos hasta el final, de no dejarnos pisotear por nadie, de no cambiar por nadie, de no hacer caso a las críticas no constructivas, de no hacer caso a los estándares de belleza, de no normalizar las cosas que sabemos que no están bien, de no dejar en el camino a gente que necesita ayuda y, en especial, de no callarnos jamás. 

Creo que con este párrafo se puede resumir, a la perfección, todo lo que me ha proporcionado esta historia. 


No quiero hablar mucho de los personajes porque quiero que los conozcáis por vosotros mismos, de primeras sin saber nada de ellas. Solo tengo que decir que me encantó la evolución que sufrieron los personajes con cada página, como hicieron frente a todo lo que habían hecho y como intentaron mejorar poco a poco, es decir, de forma real y sincera. 


En conclusión, es una historia que me ha parecido muy interesante por todas las reflexiones que propicia y, además, por todas las enseñanzas que te llevas. Os lo recomiendo de corazón. 


[3’75/5]

Besos, Cloudy. 

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