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RESEÑA: CONSECUENCIAS DE UN HURACÁN // ROSARIO TEY
Irene ha encontrado un nuevo trabajo. Siente que ese puesto de recepcionista en una clínica de fisioterapia la sitúa en el camino correcto. Ver a su compañero Carlos trabajar a diario con gente afectada por graves lesiones la hace comprender que ser fisioterapeuta es cuanto quiere.
Y se ha propuesto conseguirlo.
El único inconveniente hasta el momento es Víctor, su jefe, con quien no ha tenido un comienzo cómodo. Ni siquiera corriente. Se han besado, y eso lo complica todo, así como la existencia en la vida de Víctor de una mujer llamada Bárbara.
Irene desconoce que Víctor intenta recomponerse de las secuelas de una catástrofe.
Víctor desconoce que el verdadero huracán está a punto de arrasarlo.
*La siguiente reseña puede contener algún spoiler*
De principio a fin me encantó. Es un libro que te engancha desde la primera página, no puedes soltarlo. Sinceramente, me ha pasado esto con cada libro que he leído de Rosario Tey. No sé si es por la cercanía y humanidad que transmiten sus personajes o por el simple hecho de que, la obra en general, es una maravilla.
Siempre he buscado en los libros ese punto de realidad, esa esencia que te muestra que es una historia que puede vivir cualquier persona. En este libro, como en todos, muestra una trama que puede ocurrirte a ti misma, o a una persona que conozcas. Es esto lo que produce que te enganches al libro como si no hubiera un mañana, su cercanía y naturalidad son un reflejo perfecto de la persona tan maravillosa que escribe.
Sus personajes son cosa de otro mundo. En general, todos los personajes tienen esa magia que hace de la trama un rompecabezas completo. A lo largo de la trama vemos como en cada capítulo va narrando cada uno de los personajes que conforman la historia. Al poder comprender la historia completa desde varios puntos de vista, te acabas enamorando aún más de la historia y de sus personajes, porque vas comprendiendo sus inquietudes y las cosas que los motivan o afligen.
Pocos autores se atreven a narrar desde tantos puntos de vista, ya que conlleva una dificultad añadida, pero Rosario lo ha hecho perfecto, todo en su justa medida, dejando a sus personajes principales: Irene y Víctor como narradores principales, pero a su vez acompañando sus historias con las de sus compañeros o familiares: Carlos, Bárbara, Araceli...
El personaje de Irene es perfecto. Es una persona humilde, sincera, soñadora, divertida. Es la típica persona que quieres como amiga, porque sabes que nunca te va a defraudar. Su persona transmite tanta humildad y naturalidad que acabas considerándola como tu amiga y solo deseas que la trama acabe bien porque no imaginas que le pueda pasar algo malo. Es un personaje bastante completo, no se deja llevar por las apariencias, siempre está para sus amigos, ella misma libra sus luchas y ayuda en las luchas de los demás. Es todo lo que busco en un personaje femenino: que sea auténtica y tenga esa esencia tan especial.
El personaje de Víctor es de otro mundo. Un hombre profesional, amoroso, trabajador, ama a su familia por encima de todo. En pocas palabras es el hombre perfecto. Es cierto que se nos muestra con un aura un poco negativa y apagada, pero a lo largo de la trama vas viendo como va floreciendo poco a poco y es una persona maravillosa. En todo momento piensa en el bien de su hijo, dejando a un lado su propia felicidad y acabas enamorada de él. Es imposible no hacerlo.
Aunque los dos personajes principales son Irene y Víctor, tengo que hacer una mención especial a Lucas, el hijo de Víctor. Es el personaje al que más he querido, sin dudarlo. Es un niño precioso, fuerte, divertido y luchador como nadie. He amado todas las escenas en las que salia, por la naturalidad y el amor que me transmitía. Me encantaría, es más, necesitaría que el próximo libro fuera sobre la vida de este personaje porque solo quiero saber más y más sobre su vida.
Todos los personajes son perfectos, cada uno con su propia personalidad y esencia. Todos son una pieza clave para que esta obra te acabe enamorando y no quieras soltarlo. Felicito de corazón a Rosario por haber creado a unos personajes tan naturales e inolvidables.
En cuanto al ritmo de lectura, no puedo tener queja alguna. La trama siempre te mantiene enganchada y a pesar de sus casi quinientas páginas, se puede leer de una sentada. Además al ir alternando entre un personaje u otro, produce que todo sea mucho mas fluido y que no te resulte pesado en ningún momento. En mi opinión, en ningún momento la lectura se torna lenta o aburrida, todo es como una montaña rusa de emociones y no llegas a saber que llegará a pasar en las siguientes páginas.
Es una novela preciosa, que en esta época del año entra con un soplo de aire fresco. En septiembre empieza la temporada de frío, pero con esta novela sentirás el calor de la amistad, la familia y el amor y hará del invierno una estación perfecta para leerla.
Le recomiendo a todo el mundo que lea este libro. Siempre digo que hay que apoyarnos entre los escritores-lectores porque escritores tan cercanos como Rosario Tey, se ven pocas veces. Tanto en sus libros anteriores como en este, nos demuestra la maravillosa persona que es y nos traslada a unos "mundos cercanos" maravillosos.
¿Conocéis las consecuencias de un huracán? Los huracanes destrozan cuanto alcanzan a su paso. Es imposible salir ileso de una catástrofe de esas características. Supongo que aquellas personas que hayan sobrevivido a uno pueden entender lo que pretendo explicar.
La primera vez que me planté delante de Irene yo trataba reconstruirme de uno. Del huracán Barbara pasé al huracán Irene...
Víctor
-Gracias a todos. Somos un equipo. Mi padre dice que la gente debería aprender a trabajar en equipo. Dice que sólo así se construyen catedrales, imperios, se sostienen países... Según él, el trabajo en equipo conlleva el éxito. Siempre insiste en que mi madre superó el cáncer y él logró encontrar su actual empleo porque formamos una buena cuadrilla.
Irene
-Y también quiero que estés tú. Quiero que esté con Carlos y contigo. Lucas se parece mucho a mí. Y no sólo físicamente. Es igual que yo. Tenemos los mismos gustos, las mismas manías. Sé que aquello que a mí me hace feliz también funcionará con él.
-¿Y qué te hace feliz a ti?
-Desde su accidente, podría decirte que ya casi nada me hace feliz.
-Entiendo.
-Sin embargo, de un año y medio a esta parte, el único motivo que he encontrado para sonreír eres tú.
Irene y Víctor
Irene se dio cuenta de que cada vez que se sentía más desnuda en sus brazos. Y que aquella desnudez no tenía nada que ver con lo físico, sino con la percepción de que Víctor era un hombre atento y delicado. Que, aun habiéndole parecido en principio misterioso y adusto, cuando hacían el amor ella creía conocerlo en profundidad. Una desnudez que iba ligada a la noción de complicidad y química.
Irene
-Creía que después de lo de Lucas, nada podría hacerme tanto daño... Me equivocaba. Olvidarte no duele menos, Irene. Así que perdóname por avergonzarte, por aparecer en tu nuevo trabajo y decirte que aún te quiero. Pero hacer feliz a Lucas y tenerte a mi lado es cuanto ansío, y no sé continuar sin que ambas cosas sean posibles. Ojalá supiera.
Víctor
Esta silla me ha enseñado a entender el amor de un modo más amplio. Y no sólo a mí. Mi familia y mis amigos cercanos también han experimentado una transformación. Todos hemos comprendido la importancia de la aceptación. Los seres humanos estamos diseñados para adaptarnos a cualquier situación. Para hallar la satisfacción en pequeños detalles que a la vez son muy grandes. Si, sé que es difícil de entender. Cualquiera diría que no poder andar hace justo lo contrario. Que acentúa tus límites. Pero no es así. Esta intrincada lección me ha revelado que ahora puedo hacer muchas cosas. Mi abuela dice que a menudo vivimos tan apresurados que no nos damos cuenta de que la parte difícil de la vida es la que puede aportarnos mayores beneficios.
Lucas
Besos, Cloudy.
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