Perder a alguien puede significar perdernos a nosotros mismos, dejar de buscar cualquier cosa porque todo se esconde en el dolor y es tan difícil salir de allí… 
Todo se ve tan oscuro... 
Tenemos tanto miedo que nos abrazamos a la tristeza como si esta pudiera ser nuestra única salvadora. Y nos equivocamos. 

Llevamos toda la vida cometiendo errores porque creemos que todos y cada uno de los días hay examen. Nos sentimos culpables por no haber podido hacer más cuando quizás deberíamos haber hecho otra cosa. Nunca se sabe. Nunca nadie sabe nada. 
Y por eso, seguimos sorprendiéndonos. 

Un día, de repente, estamos fuera de todo eso que hablamos al principio. Esa persona que amábamos sigue sin estar, pero nosotros hemos vuelto. Quizá con ayuda de alguien. Quizá estemos dispuestos a arriesgarnos de nuevo y correr el peligro de perder a otro a alguien. Quizá, entonces, nos queramos, el uno al otro y a nosotros mismos.

O eso piensa él, el protagonista de esta historia.



¡Muy buenas! Como no, hoy de nuevo os traigo una colaboración. Esta vez es un poco distinta a las demás ya que nos encontramos ante una novela escrita en prosa poética y he de decir que era la primera vez que leía una historia escrita de esta forma. Dar las gracias a la autora por haber confiado en mi y darme la oportunidad de conocer esta maravillosa historia. Ha sido una experiencia preciosa y sin duda se ha ganado todo mi cariño.

Comentar que la reseña también será un poco distinta ya que al ser una novela de este tipo no quiero centrarme en analizar la obra desde fuera, quiero que sea más personal. Voy a decir que me ha parecido todo y contaré algún spoiler porque creo que no puedo hacer una reseña "impersonal" de esta obra. Además no será muy extensa ya que la obra en si no lo es y no quiero alargarla mucho para no soltar de más. 


Para empezar he de decir que me ha encantado poder leer algo de prosa actual. Soy estudiante de filología clásica y estaba acostumbrada leer prosa narrativa, científica, etc. Todo lo analizaba desde un punto de vista muy objetivo debido a la seriedad de los hechos que se narraban. Es por esto por lo que me ha llamado la atención, porque me ha transmitido tantísimo que me ha dejado sin habla. Es de ese tipo de géneros a los que no estás acostumbrado pero que una vez lo conoces, quieres leer más y más. 

He de decir que es un libro muy pero que muy ameno, que se lee en un soplo. Transmite tanto en cada línea que no puedes dejar de leer. Cada línea te desgarra, te consume y te pide más y más. Es de esos libros que te dejan pensando y con la fantasía volando. En unas horas lo habrás terminado, pero pasarán otras horas más hasta que lo hayas analizado del todo. 


Además es una obra que se antoja cercana, no hay nada de ficción. Todo lo que se nos presenta es tan humano y real que haces del dolor del protagonista tu dolor. Narra unos sucesos tan normales en el ser humano que en ningún momento no entiendes lo que tienes ante tus ojos. La pérdida de un ser querido viene con una mochila muy grande, y ese peso te consume y te arrastra hasta que poco a poco van cayendo las piedras que están dentro. 
Este libro explica ese proceso, nos muestra a un hombre que odia al mundo y se odia a si mismo por haber perdido lo que más quería. No sabe como lidiar con el mundo y la pena que le rodea, no sabe como lidiar con el mismo.

Es una narración, bajo mi punto de vista, muy trágica y triste. Ver como los humanos tendemos a hundirnos a nosotros mismo aún más de lo que estamos, por el simple hecho de no querer sentirnos mejor cuando un suceso trágico le ha pasado a una persona querida. Este hombre empieza a plasmar todos sus pensamientos en un papel, siendo estos pensamientos cada vez más y más oscuros. Pero de pronto algo en él cambia quizás gracias a el mismo o por ayuda de alguien pero poco a poco vamos leyendo a alguien más calmado, alguien que poco a poco está intentando volver al camino. 

Creo que esta historia muestra a la perfección todas las etapas por las que pasa el ser humano ante la pérdida. Es por esto por lo que me ha encantado. No he podido parar de sentir cada palabra que leía, todo me resultaba tan duro y tan real que ni pestañeaba. De verdad es uno de esos libros que transmite todo y nada a la vez, que enamora y duele. 


Otra cosa que también me ha encantado es como van explicando los hechos poco a poco. Es decir, desde el principio no entiendes en su totalidad que está pasando. Tienes pocos datos y tienes que ir recogiendo poco a poco los datos que el propio protagonista va soltando y es así como vas creando una historia con orden cronológico hasta el momento presente en el que se encuentra este. 

A pesar de ser el protagonista principal indiscutible, en todo momento se nos explica los personajes secundarios que están a su alrededor. Aunque son pocas las veces que aparecen, al final de la obra acabas teniendo una idea muy clara de sus personalidades y de sus vidas en general. Acabas comprendiendo todo el entorno del protagonista y todas sus actitudes y motivaciones. Todos son puntos que se van uniendo para crear una perfecta tela de araña. 


Me encantaría poder contar tantas cosas, pero siento que estaría siendo estúpida, porque os estaría privando de poder leerla y no quiero. Os invito de corazón a que le deis una oportunidad a este libro y a la autora. Os prometo que no quedaréis indiferentes y acabaréis amando cada palabra que leáis. 



Como siempre aconsejo, no recomiendo leer esta sección si previamente no se ha leído el libro. 


Ella me estremecía. Era las noches en el desierto, y también el día; un oasis entre tantos cabrones. Como el agua, era necesaria. Ella era vida, la mía. 

Estrella fugaz, eyaculadora precoz, córrete, corre antes de que alguien te pida un deseo que no puedas conceder. 

Simple, singular y un plural, un pasado perfecto, en carne, verbo y verso. Poesía en monosílabas. Hermosa prosa en gestos sin métrica, sin medida. Asonancia con rima consonante y consolante. Armonía en el sincera si era asistido por su mirada, sus caricias, su sonrisa o su aliento. Fantaseo. 

Me adiestró en la certeza de que las espinas, las que todos tenemos, dotan a la rosa de más belleza. 

Hay que atesorar cada momento, porque cuando lleguen los créditos, nadie se quedará para verlos, excepto uno de los dos protagonistas.

Dígame, doctor, si cuando la veo el pecho se me contrae, ¿es que el amor se expande? ¿Es posible que me duela la cabeza de tanto pensar en ella? Últimamente se me duermen a menudo las manos. ¿Sueñan con tocarla? ¿Es ansiedad o ansia? ¿Taquicardias o la alegría de esta víscera? ¿Cuánto tiempo me queda antes deque estas sensaciones mueran? 

Con tu cuerpo, comprendí a lo que se referían cuando decían aquello de rozar el cielo con los dedos. 

La paz es una animal fantástico que está extinto. Nosotros la matamos. Nosotros la convertimos en mito. Lo peor es que ahora dudamos de nuestros ojos si la vislumbramos, aunque sea por un segundo. Sin embargo, la paz existe, está ahí, al otro lado del muro, en una fortaleza construida con la gente que nos ama. No hay mayor protección. La paz está ahí y hay que demostrarle que nos merecemos su confianza, alimentarla, cuidarla y entrenarla, para que nadie se atreva a meterse con ella. La paz puede llegar a dar mucho miedo. Si deja de temernos.  







Besos, Cloudy

0 Comentarios